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Esta publicación ha sido realizada por Yesica Aydmune-Becaria Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Mar del Plata- y Santiago Vernucci, Becario Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Integrante del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (IPSIBAT, UNMDP-CONICET). Forma parte del libro Estrategias para fomentar la autorregulación en la escuela primaria, cuyas compiladoras son: María Laura Andrés, Lorena Canet Juric y María Marta Richard´s.
La denominación Funciones Ejecutivas(en adelante, FE) hace referencia a un conjunto de procesos mentales de orden superior, involucrados en el control deliberado y voluntario del comportamiento, el pensamiento y las emociones (Miyake y Friedman, 2012), para el cumplimiento de metas u objetivos individuales.
Las FE nos permiten retener información para operar mentalmente sobre ella, tomar decisiones en lugar de comportarnos de manera impulsiva, y adaptarnos de manera rápida y flexible a situaciones cambiantes (Davidson, Amso, Anderson, y Diamond, 2006), por lo que contribuyen significativamente al control del pensamiento, la conducta y las emociones (Diamond, 2013; Hofmann, Schmeichel, y Baddeley, 2012.
Los autores destacan entre ellas:
.Control inhibitorio, entendido como la capacidad de controlar las tendencias prepotentes ligadas al pensamiento, al comportamiento y a estímulos ambientales que interfieren con el logro de las tareas y objetivos actuales (Diamond, 2013).
.Memoria de Trabajo, un sistema complejo que opera con el objetivo de almacenar y procesar información de manera simultánea (Baddeley, 2012; Baddeley y Logie, 1999; Diamond, 2013).
Pero…¿es posible entrenar las FE? El entrenamiento de las FE es definido como un conjunto de procesos destinados a mejorar el funcionamiento ejecutivo. Y que la idea de “mejorar el funcionamiento ejecutivo” se basa en el postulado de que las FE son modulables por el ambiente (sin desconocer la existencia de otros factores que también son moduladores de estas funciones) (Blair, 2016).
En general, en la literatura sobre el tema se identifican dos tipos de intervenciones o paradigmas: las que están basadas en procesos y las que están basadas en las estrategias (Jolles y Crone, 2012; Karbach y Unger, 2014; Morrison y Chein, 2011. El entrenamiento basado en procesos consiste en ejercicios que apuntan a mejorar directamente la capacidad de las FE implicadas, mientras que el entrenamiento basado en estrategias no apunta a aumentar la capacidad de las FE, sino que busca primordialmente que las personas puedan usar de la manera más efectiva posible las capacidades que ya poseen (Dehn, 2011).